EL VIAJE DE CHIHIRO: A 21 AÑOS DE LA OBRA MAESTRA DE HAYAO MIYAZAKI
El clásico que rompió las barreras que separaban a la animación como expresión artística del resto del cine El octavo largometraje de Hayao Miyazaki llegó al corazón y al alma de los espectadores de dos formas muy claras: una es la formal y la visual; la otra es la universalidad de sus mensajes. Todos somos Chihiro. Y eso no es un eslogan, es cierto. El núcleo argumental de la película se sostiene en una idea de la que se ramifican todas las demás: la maduración personal de Chihiro; es decir, la transición que todas las personas hacemos hacia la edad adulta. Aunque, en una lectura más amplia, se podría decir que es la transición hacia el cambio, cualquier cambio interior de una persona ante las circunstancias que le rodean. Chihiro es una niña de diez años como cualquier otra de clase media en el Japón de principios del nuevo milenio: consentida, caprichosa, egoísta y sobreprotegida. Sus padres son quienes la han educado así, y es como Miyazaki quiere que l...